Un espeto en Puertollano

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Ecoembes

02Mayo 2019
Un espeto en Puertollano
La feria de 2019 va a marcar un antes y un después en la Ciudad de la Energía. Miren ustedes por dónde nos podemos comer unas sardinas fresquísimas en el recinto y todas las comidas, paellas y calderetas que nos podamos imaginar y encargar debidamente. ¿Ustedes gustan?
Decían las hermanas Santonja, en aquel programa de la tele en la que el director artístico era Jaime de Armiñán y las guisanderas eran su esposa y su cuñada, con música del enorme Joaquín Sabina, que las sardinas eran un homenaje sagrado al Dios Mediterráneo y a sus madres, las divinidades de las playas ancestrales de la península Ibérica. Se atrevieron incluso a predicarlo en aquel diccionario gastronómico que ilustró la transición y sirvió de base a la intelectualidad y sus recursos interminables.

En aquella enciclopedia de cosas ricas que podía dar la Madre Patria, se incluía, en el apartado de las sardinas, que era un pescado baratísimo por ser abundante, afirmando que, si fuese más escaso, pagaríamos su peso en oro. Y es verdad. El Espeto, que Diego y Ana están haciendo valer en la caseta de La Lola, vale mucho más de lo que cuesta.

Este pez plateado, que forma parte de nuestro ancestral recurso alimenticio, que dobla en bancos multitudinarios los cabos surafricanos y se vierte del Índico al Pacífico para saciar el hambre de los pueblos a los que los ingleses y los holandeses sumergieron en la esclavitud y el apartheid, que puesto en salazón en cubas saladísimas regala paladares hasta la incertidumbre, que han tenido que proteger las leyes para que no acabásemos con su existencia, es un regalo de los dioses.

Sean pequeñas, como las que vienen enlatadas y los gallegos denominan soubas, grandes como las que engullimos durante el Entierro de la Sardina, medianas como las que ponen en El Espeto, o cualesquiera de ellas que compramos en el mercado municipal de Puertollano, su valor intrínseco es tan grande como el gusto tremendo de saborearlas en la Feria de Mayo, tan perfectas como la primavera que ilumina de sol y de buen tiempo este encuentro festivo en una población cargada de futuro.
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