Que No Me Fui...

síguenos en redes:
Puertollano Magazine

Ecoembes

11Septiembre 2019
Que No Me Fui...
Ana María Molina Fernández. Psicóloga.
Que no me fui, que sigo aquí, que siempre he estado aunque fuera mentalmente y mi presencia no se hiciera patente. Ocurre que a veces la vida se pone intensa, tanto que apenas queda tiempo para otra cosa que no sea vivirla. Y se pueden incluir aquí todas las emociones, desde la tristeza más inconsolable hasta la alegría mas radiante.

Ocurre que, a veces, uno necesita tomarse tiempo y distancia para respirar, para hacer un alto en el camino y ver las cosas en perspectiva, para reordenar, colocar, revisar, organizar de nuevo y tirar a la papelera lo que no debe estar en el presente. Porque muchas veces nuestro corazón necesita tiempo y coraje para asumir lo que nuestra mente ya sabe desde mucho antes. También funciona en sentido contrario. Y puede que nos estrellemos una y cien veces antes de aceptar cómo son las cosas, pero así es la vida, asumir el riesgo, "ver" las cartas que nos reparte en cada momento la baraja de la vida, al menos "verlas", y luego decidir si apostamos o no.

Ocurre que a veces es bueno dejarnos llevar, dejar que las cosas fluyan, no interferir, renunciar a la inutilidad de querer controlar todo, de querer comprender todo, de querer explicar todo de una manera lógica. Porque esto ocurre ante el temor a aceptar la incertidumbre sobre la que baila la vida. Nunca como hasta ahora se ha invertido una parte importante de nuestra economía en Seguro; Seguros de vida, de accidente, del hogar, de enfermedad, de robo o pérdida, de... Pero la vida es imprevisible, su control se nos escapa. Y aunque pueda producir vértigo,será cuestión de asumir que no todo está en nuestras manos, que no podemor controlar todo. Porque, al mismo tiempo (la gran mayoria de los acontecimientos tienen las dos caras de la moneda) ahí reside la magia de la vida. Yo creo en ella, y no recuerdo quien dijo que quien cree en la magia está destinado a encontrarla. Por eso sin duda la encuentro en muchas cosas.

Es vital mantener vivo el mundo mágico de la infancia, cuidarlo, darle espacio y salida, darle voz, porque de ello dependen varias cosas importantes, la mayor nuestra salud. ¿Y cómo dar salida a ese niño/a interior cuando está sepultado/a, aplastado y contrariado por capas y capas de obligaciones, responsabilidades y deberes de la vida adulta? No tenemos que buscar mucho, lo llevamos dentro. Si observamos despacio a un niño, o si hablamos o jugamos con él, o si jugamos con nuestras mascotas, o si recordamos momentos de nuestra infancia... todo eso nos llevará al niño que llevamos dentro. Pero además volveremos a nuestra infancia mas de una vez a lo largo de nuestra vida, por eso alguien, que tampoco recuerdo (hoy ando desmemoriada) dijo que la infancia es la patria del hombre, el lugar donde siempre vuelve.

Y si no se han dado cuenta, queridos amigos, estoy haciendo en este artículo lo que se llama "escritura automática ", he dejado fluir mi pensamiento y mi pluma sin apenas intervención de la logica (un poquito si). Y es relajante, lo recomiendo. Aunque es importante no perder del todo el hilo, y por eso termino con una palabras de alguien que lo dice tan bonito y en tan pocas palabras que es muy dificil apenas igualarlo, mi admirado Premio Nóbel Gabriel Garcia Márquez. Sus obras y yo llevamos tanto tiempo juntos que ya es entrañable.

"Dile que sí, aunque te estés muriendo de miedo, aunque luego te arrepientas, porque de todos modos te vas a arrepentir toda la vida si le contestas que no"

Si a la vida siempre aunque sea una incertidumbre.
Comparte esta publicación


 
Política de Cookies
Utilizamos cookies propias para el correcto funcionamiento del sitio web, y de terceros para realizar el análisis de la navegación de los usuarios. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso. Puedes cambiar la configuración u obtener más información aquí. Aceptar