“Filomena”, a mi pesar, ha cumplido con lo que se proponía y está blanqueando gran parte de la geografía ibérica. La Mancha, como no podía ser menos, también acumula buenas cantidades de agua cristalizada, que es lo que los científicos describen como nieve. Los problemas en la circulación, el transporte y en el simple deambular de las personas. A esto se une el hecho demostrado a través de los milenios, de que en nuestras tierras no nieva casi nunca. No estamos acostumbrados y eso se nota en las prótesis que nos pueden brotar después de la borrasca.
En febrero de 1983 se acumularon 140 centímetros de nieve y más en las zonas de sombra. Se helaron plantas y olivos y hubo gente atrapada en sus casas de campo y refugios pastoriles o agrícolas. En Sierra Morena se quedaron atrapadas muchas personas conocidas y queridas y es fácil imaginar la angustia que vivimos sus familias. Eso sí, se acabó una sequía que duraba varios años y estábamos en plena transición democrática, dos años después del intento de golpe de Estado de algunos generales y guardias fascistas.
Todo esto se repite, aunque más dulcemente, de momento, con un asalto al Capitolio estadounidense alentado por el propio emperador de esa copia mastodóntica del mundo romano. Porque la nieve con el hielo son malos compañeros. Después de las lluvias, aguanieves y cristales hexagonales y multiformes de H2O, si llegan las heladas, el líquido elemento se solidifica y perdura mucho más de lo que quizá nos gustaría. Y Filomena viene con Elsa la de Frozen como colegas inseparables, con lo que estamos en un invierno con todas sus letras.
Pero hay que buscar siempre el lado positivo, como dirían los crucificados de “La Vida de Brian”, además ¡estamos en PUERTOLLANO MAGAZINE! Y todo tiene sus efectos positivos. El primero es que la nieve que se acumula, sobre todo en los montes, pero también en los llanos manchegos y alcudianos, asegura el riego de los pastos y la preparación de la tierra y del barbecho. Además, la lenta fusión de los neveros, hace que se rellenen de mejor y más eficaz manera los conductos freáticos, que engrosan manantiales, acuíferos y humedales en cuanto la primavera y el sol se encarguen del asunto.
Pero no nos olvidemos que tenemos que vacunarnos en cuanto podamos, libre, gratuita y voluntariamente, aunque yo no me acercaría nunca a quienes, pudiendo, no se inmunicen contra esta desgracia del Sars Cov 2 que nos ha traído la bendita Madre Naturaleza. Lo bueno es que vamos a poder conservar las dosis poniéndolas al fresco, en la misma ventana de la casa. Menudo ahorro de energía.
Por otro lado, siempre tener cuidado. Si no tienes que salir de tu casa, no lo hagas. Y sigue las recomendaciones que dicta el sentido común. Las recomendaciones de los gobiernos correspondientes insisten en:
Infórmese previamente del estado de las carreteras y de la situación meteorológica.
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Evite viajar en coche siempre que no sea necesario y utilizar, a ser posible, transporte público.
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En caso de ser imprescindible la utilización del vehículo, revise neumáticos, anticongelante y frenos. Además, hay que tener la precaución de llenar el depósito de la gasolina, y llevar cadenas y elementos de abrigo.
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Así mismo, es recomendable llevar un teléfono móvil y dispositivo de alimentación del mismo.
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Ir muy atento para tener especial cuidado con las placas de hielo. Es difícil determinar en qué lugar del trayecto pueden haberse formado, aunque generalmente las zonas de umbría son las más habituales.
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Si queda atrapado por la nieve debe permanecer en el coche, si el temporal le sorprende dentro del mismo.
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Asimismo, es conveniente mantener el motor del vehículo encendido y la calefacción puesta, cuidando renovar cada cierto tiempo el aire. Es muy importante evitar quedarse dormido.
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Comprobar que se mantiene libre, en todo momento, la salida del tubo de escape para que el humo no penetre en el coche.
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Si es posible, intente sintonizar las emisoras de radio, que seguramente le informarán de las predicciones meteorológicas, las informaciones oficiales sobre el estado de la situación y las indicaciones que se den al respecto.
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Recuerde, las medidas de prevención ayudan a reducir el daño que puede derivarse de los desastres. En caso de emergencia, conocer algunas pautas de autoprotección, ayuda a tomar decisiones que pueden favorecer tanto su seguridad como la de los demás.
Porque al final, estamos seguros de que este año de nieves será año de bienes.
