Magia para el Año Nuevo

síguenos en redes:
Puertollano Magazine

Ecoembes

31Diciembre 2018
Magia para el Año Nuevo
Hechizos y sortilegios para conjurar la salud, el amor y la buena suerte.
igual que hemos publicado otras veces en distintos medios de comunicación, como La Comarca, volvemos a daros unos consejitos que sirvan para atraer la suerte. En todo caso, aqiuellas personas que no crean, no pierden nada por hacerlo y ¿quién sabe? a lo mejor se sorprenden.

Nada escapa de las tradiciones esotéricas. Todo es, en su origen, mágico. De hecho, una de las fiestas más señaladas del año ritual es la Nochebuena y los días asociados con el solsticio invernal. El fin de un tiempo y el comienzo de otro, así como las características del día más corto del año han dado pie en la imaginación y en la percepción de los seres humanos, a buscar interpretaciones y medios para utilizar y comprender lo que sucede.

La magia, recordemos, es la utilización de las capacidades de los seres y los objetos para modificar el medio, el comportamiento y la actitud de lo que nos rodea. Es, por así decirlo, dejar que fluya la energía orientándola, haciendo que nos sirva para ahorrarnos la penalidad y el trabajo. La ciencia, que es una hija mucho más empírica de la magia, trata de conseguir lo mismo. Imagínense el envío de una carta de Felipe II a su virrey de Nueva Granada, en Caracas, por ejemplo. Entre la entrega de la misiva en Aranjuez hasta que la respuesta llegaba a San Lorenzo podían transcurrir perfectamente 6 meses o más. Ahora, un correo electrónico tarda en ida y vuelta lo que tarden los correspondientes en escribirlo y otros dos o tres segundos.

La magia es eso, aunque utiliza mecanismos y fuerzas cuya ecuación se desconoce todavía. Si añadimos que la capacidad para practicarla es similar al arte -está reservada para unos pocos- entonces el límite entre el auténtico poder, la híper intuición verdadera y la charlatanería oportunista, es muy débil. Brujería, hechicería, chamanismo, poder mágico, son sinónimos. Llamar a las Artes Antiguas Ciencias Ocultas, me parece una aberración. Si son ciencias, no pueden estar ocultas. Las Artes, por el contrario, incluyen la capacidad y el aprendizaje como elementos esenciales, además de la relación estrecha entre el Iniciado y el que se va a iniciar, en el que se manejan elementos peligrosos que no pueden ponerse, como sucede con las armas, en manos de cualquiera. Éstas son las razones del ocultismo y el secreto con el que se deben llevar los conciliábulos.

Al principio, la magia y la religión iban unidas, de hecho, a las brujas, en Italia, se les llama de la “religione antica”. Era una creencia servicial, puesta a disposición de los hombres y mujeres de la aldea, que requería actitudes propiciatorias pero en las que el hechicero/sacerdote cazaba con la tribu, sembraba y criaba ganado con la tribu y luego prestaba un tiempo extra a la tribu en curandería, orientación y mejora. A cambio, los miembros de la comunidad le araban un trozo de su campo, le llevaban un animal, una pieza de caza, unas verduras o lo que fuera. Algunos de estos brujos se relajaron, dejaron que llegaran las ofrendas con la excusa de dedicarlas a una deidad, abandonaron el trabajo común e inventaron la Religión Estatal, que perdura, lamentablemente, todavía. Otros se decidieron a buscar solamente la racionalidad del conocimiento, renunciando a los elementos que no admitían explicación. Ambos grupos, sacerdotes y científicos, arremetieron contra los brujos esenciales que, perseguidos, encarcelados, torturados, ejecutados entre enormes tormentos, fueron acusados de servidores del Mal, supersticiosos o, simplemente, embau-cadores. Al fin y al cabo, eran una competencia que los nuevos poderes no iban a tolerar.

A pesar de todo, con mucho dolor y confusión, hubo personas que mantuvieron el Antiguo Conocimiento y las Artes Poderosas y que las han transmitido hasta nuestros días. Lamentablemente, también se han perdido muchos elementos y, como siempre, han perdurado y se mantienen personajillos aprovechados que comercian con la ilusión, la desesperación y la credulidad. Claro que eso pasa en todos los estamentos de la vida.

El caso es que las tradiciones que se instauraron en los heroicos tiempos mágicos, en el ancestro de nuestra evolución, no han podido ser eliminadas de las costumbres religiosas y civiles. De hecho, el sincretismo, la adopción de costumbres ancestrales rebautizándolas con nombres nuevos acordes con las nuevas religiones y estados, ha hecho que la Gran Madre Tierra fuese luego, Mari, Marianne, Gaia, Rea o la Virgen María. Las religiones no pudieron acabar con la gran creencia – certeza del seno del planeta, y la asumieron como propia, cambiándole sucesivamente el nombre.

Las grandes celebraciones festivas siguen siendo, por tanto, las mismas. La fiesta de la Resurrección Primaveral, la Walburga del Primero de Mayo, los solsticios y equinoccios; en verano San Juan y en Invierno Navidad. Si el 24 de junio celebramos la noche más corta, el 25 de diciembre festejamos que el sol comienza a ganar terreno a la oscuridad. Igual que Nochebuena es el Día de Apolo, el Sol, Helio, Mitra y, cómo no, la Luz del Mundo cristiana: Jesucristo, el otro punto de la elíptica conmemora al que unge, bautiza y proclama al rey mágico. Nombres distintos para el mismo mito.

Desde siempre, el solsticio de verano se ha celebrado justo en la última noche del mismo. Por tanto, el 24 es el día más largo del año y, claro está, su noche es la más corta. Lo mismo pasa con el opuesto hiemal.

Los brujos y brujas, magos y magas, se reunirán en torno a una hoguera, un altar y un árbol sagrado para efectuar una serie de rituales que ignora la mayoría de las personas. Los no iniciados tienen la posibilidad de hacer sus pequeños, inocuos y beneficiosos sortilegios que detallamos a continuación.

Deberemos encender una vela blanca, una verde y una roja, justo a las doce menos cinco. Hay que recordar que el horario oficial lleva una hora de adelanto respecto al sol, por lo que prenderemos las mechas justo a la una menos cinco.

Todo parece indicar que usar ropa interior blanca favorece un poquito de buena suerte. Tampoco es falso que el rojo sea un color fausto, sobre todo en la lencería y en la picardía, principalmente para las parejas. Brindar con una copa de vino, metiendo dentro un objeto de plata o una perla, es también conveniente. El oro, mejor llevarlo puesto.

Para despedir el solsticio del invierno, tendremos que tirar veinticuatro granos de trigo, centeno u otro cereal o fruto seco, lanzándolas al aire y sembrando cuatro habichuelas, habas o garbanzos. A los enfermos se les atará alrededor del brazo una cinta verde, para que sanen. A las personas amadas les ataremos un lazo rojo, para garantizar su fidelidad y el cariño mutuo. Es bueno, también, encender tres barras de incienso de diferentes aromas, pinchadas en medio limón.

Si queremos resumir, entrar en Navidad, Año Nuevo y Reyes con una cinta verde, una roja y una blanca, a modo de triple pulsera, es bueno. Que el día de san Antón nos la corte con una tijera una persona que nos quiera, nos traerá también la buena sombra. Recordemos este conjuro:

“Por la flor de lis, la de la menta y la del romero, que las estrellas me concedan lo que quiero. Que me salven, me amen y me enriquezcan, por la flor de lis, la del romero y la de la menta”.

Comparte esta publicación


 
Política de Cookies
Utilizamos cookies propias para el correcto funcionamiento del sitio web, y de terceros para realizar el análisis de la navegación de los usuarios. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso. Puedes cambiar la configuración u obtener más información aquí. Aceptar