Efectivamente, el Calvo Sotelo lo merecía y Puertollano lo necesitaba. Con todas las medidas de seguridad, sin quitarnos la mascarilla, con mucha higiene y guardando las distancias, el Cerrú se convirtió en una fiesta. La victoria en el partido hubiera sido la guinda, pero la fiesta estaba garantizada, con una rúa incluida en la que todos los vecinos felicitaron a un equipo que sólo nos ha dado alegrías en los últimos años. Aunque nadie sabe exactamente todavía cómo va a ir esta nueva Segunda División B de la RFEF, estamos muy contentos.
Este foto reportaje te mostrará el ambiente de un Estadio Ciudad de Puertollano lleno de alegría.
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