Yo vi el capítulo IV “Una nueva esperanza” en el cine Calatrava. No sé si tenía los catorce años cumplidos, pero me he vuelto a acordar de Tía Behru y Tío Owen en los desiertos de Tattooine. Como no pienso hacer espoiler ninguno, me reservo los comentarios que expresen mi felicidad por ver culminada una saga cinematográfica que, permítaseme la blasfemia, comparo en mi corazón con “El Padrino” de Coppola o la auténtica Ciencia-Ficción de “Star Trek”. Los espíritus del cinematógrafo se hacían carne y sangre en aquellas salas, en las que también pude ver “El jovencito Frankenstein” (eso en el Lepanto).
Desde los finales de los setenta, alternando a Potemkin con el Halcón Milenario, he visto muchas películas. Pero desde que, en 1982 se reabrió el cine Córdoba, “El retorno del Jedi” se me abrió con un telón previo en la calle Cañas, ya protegido por la familia Ortega y sus designios.
Porque el segundo capítulo de tan incomparable serie fílmica, “El Imperio Contraataca”, se estrenó en la Calle Vélez, recién estrenada la democracia y el ayuntamiento posmoderno, acompañado de mis hermanos, amigas y amigos, testigos veraces de semejante acontecimiento. La transición de las urnas dejó al descubierto los monopolios antiguos y las incompatibilidades a la hora de anunciar los bombazos norteamericanos. “Kramer contra Kramer” y la “Fuga de Alcatraz”, siguen siendo los “afiches”, llámenlos “carteles”, con que se adorna la puesta en nueva marcha del Córdoba y los Ortegas.
“E.T.” y el “Jedi” consagraron la sala recuperada y dieron paso a las herencias de maratones con chocolate y churros y yo empecé a pregonar en coches de un mercado de abastos adorado, los pases y funciones, los últimos programas dobles y el culto por el celuloide que me han inculcado Víctor Morujo y José Alberto Borreguero. Programas de radio y “E+M Publicidad” me permitieron dotar de contenido a mis propios alardes como crítico criticable.
Han pasado muchos, muchos años… Las galaxias parecen más lejanas. He visto innumerables veces la proyección de todo lo que “Lucasfilm”, hoy de la Disney, han producido para hacernos soñar con la estirpe de Skywalker, los Sith y las tentaciones de cualquier forma siniestra de entender lo que pasa en el Cosmos, con emperadores inmortales y rebeldes que luchan por la libertad o por sumirla para siempre en lo más negro.
Este sábado precursor de Sorteos Loteros ancestrales, cuando podríamos haber soplado las velas de Primi Ortega, como tantas y tantas veces, he vuelto al cine de la calle de las Cañas y me he reencontrado con mi juventud y mi historia, como si todo hubiera sido nada, como si nada hubiese cambiado en cuarenta años.
Feliz Navidad y que 2020 sea propicio para seguir asistiendo a la magia de un proyector que, en 4K nos permite continuar atesorando recuerdos, magia y sables de luz. Que la Fuerza os acompañe.
