La Asamblea General de las Naciones Unidas, con el ánimo de poner el foco en la violencia que se ejercía contra las mujeres por el hecho de serlo, en 1999 decidió declarar el 25 de noviembre como Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres.
Es por esto, que cada 25 de noviembre se nos insta a todas y todos a unirnos para visibilizar, concienciar y sensibilizar. Año tras año, Puertollano se une al clamor de millones de mujeres y hombres demandando justicia, compartiendo el dolor y el sufrimiento de tantas mujeres víctimas de esta violencia, de sus hijas e hijos, madres, padres, familiares y amigos.
Somos conscientes de que el camino hacia la igualdad y hacia una sociedad libre de toda violencia todavía es largo y eso hace más apremiante el compromiso de unidad para combatir y erradicar la violencia contra las mujeres y las actitudes sociales que la toleran, la justifican o incluso la banalizan. Debemos intensificar esfuerzos para combatir el machismo y condenar todas las actitudes, prácticas y conductas que consienten y reproducen las violencias machistas.
No estamos todas…
47 niñas y niños, 1.165 mujeres asesinadas por su pareja o expareja, desde que hay registro. Asesinadas por ser mujeres… Desde 2009, en España se han interpuesto casi 2 millones de denuncias que indican el alto número de mujeres víctimas de violencia Machista que han dado un paso adelante para salir de esta situación. En la actualidad existen casi 75.000 casos activos en VIOGÉN y más de 42.000 mujeres tienen protección policial. Desde 2005, más de 125.000 mujeres han estado en el Servicio de ATENPRO de atención y protección para víctimas de violencia de género. De igual manera, no podemos obviar el incremento de menores en situación de vulnerabilidad, ya que la violencia que sufren las madres se extiende a ellos y ellas, aumentando así la violencia vicaria de forma alarmante.
Detrás de la frialdad de cada cifra y cada porcentaje está la vida de una mujer. Las vidas de las mujeres no son números, son pérdidas inasumibles en una sociedad avanzada y moderna, no se pueden aceptar como una cuestión inevitable y no podemos acostumbramos ni resignarnos a convivir con esta violencia que desafía los pilares de la sociedad, aspirar a un país libre de violencia machista es una obligación democrática.
Aunque todas las mujeres, en todas partes del mundo, pueden sufrir violencia de género, algunas mujeres y niñas son particularmente vulnerables, ejemplo de ellas son las niñas y las mujeres más mayores, las mujeres que se identifican como lesbianas, bisexuales, transgénero o intersex, las migrantes y refugiadas, las de pueblos indígenas o minorías étnicas, o mujeres y niñas que viven con el VIH y discapacidades, y aquellas en crisis humanitarias.
La violencia contra las mujeres es especialmente dura en las zonas rurales. El aislamiento que sufren las víctimas de violencia de género en el ámbito de la pareja o expareja se multiplica: por la escasa participación de los espacios públicos y la relegación al ámbito privado, por estar aisladas geográficamente y por identificar su propia situación como un proceso individual, y no como el problema estructural que es, consecuencia de la desigualdad entre mujeres y hombres.
Nuestro país ha tenido importantes avances normativos llegando a contar con una legislación que es un referente para muchos Estados, siendo España el primero en acordar, en 2017, un Pacto de Estado contra la Violencia de Género. Es tiempo de que la sociedad tome conciencia e interiorice que, como ha dicho la Organización de las Naciones Unidas, la violencia contra las mujeres es una vulneración de los derechos humanos que alcanza proporciones pandémicas.
Hay que seguir impulsando leyes para acabar con todas las formas de proxenetismo, violencia sexual y explotación sexual. La prostitución y la explotación sexual son formas terribles de violencia contra las mujeres que atentan contra derechos como la igualdad, la dignidad o la seguridad y eso es del todo incompatible con el Estado de derecho.
Debemos estar alerta sobre el avance de los postulados negacionistas de los extremismos, así como sobre los nuevos escenarios donde la violencia encuentra otras vías en las que abundan estereotipos que transmiten desigualdad en las relaciones normalizando la subordinación de la mujer. Plataformas, internet y redes sociales requieren especial atención en relación con el machismo.
Aunque parezca obvio, quizás no esté de más recordar que las mujeres no desean ser víctimas, no desean ser valientes, quieren ser simplemente libres.
Por todo ello, desde el Ayuntamiento de Puertollano:
• Nos sumamos y apoyamos todas las voces que trabajan por un futuro libre de violencias.
• Ratificamos nuestro compromiso con el Pacto de Estado contra la Violencia de Género y recordamos la necesidad de continuar avanzando en su desarrollo, así como el especial papel que juegan los Ayuntamientos.
• Instamos a mejorar la coordinación continua entre los diversos agentes
sociales implicados en la violencia contra las mujeres. Debemos mejorar la respuesta institucional a todos los niveles, evitando el riesgo de victimización secundaria y mejorando la confianza de las víctimas.
• Demandamos la utilización de todos los recursos que sean necesarios en la asistencia, ayuda y protección de las víctimas, sus hijos e hijas.
• Debemos impulsar el debate social para que lo público deje de ser privado. Los Ayuntamientos somos la mayoría de las veces el primer recurso y, en ocasiones, el único del que disponen las mujeres en búsqueda de reparo y denuncia de la violencia que sufren.
• Creemos de suma importancia dar un impulso a la formación de los agentes implicados para garantizar una respuesta especializada e integral a las víctimas.