Magia en primera persona. Así describiría la noche del sábado si me preguntaran. Y así ha sido.
La noche del sábado 19 de octubre albergó en la sala Krater Rock City lo más granado de la solidaridad gatuna. Abanderados por la asociación animalista puertollanera Arañazos, y con la inestimable ayuda de David y Mari (gerentes del local), la música, la poesía y el baile (entro los que orgullosa me encuentro) abrazaron de un modo valiente a los asistentes que, sin lugar a duda, quedaron boquiabiertos. Todo lo recaudado, entre entradas, papeletas de sorteo y objetos de mercadillos solidarios, dedicado a esos amigos de cuatro patas y ojos inquietos que todos conocemos. ¿Qué más se podría pedir?
El lazo inaugural lo cortó la maravillosa Luisa Gallardo, maestra de ceremonias que nos deleitó con su particular versión del cuento de El Gato Negro, acompañada de su atrezzo personal y su gracia natural. Tras tan singular introducción, Cristina Díaz Aragón (servidora) arrojó sus versos dolorosos al escenario acompañada de la guitarra de Javier Márquez. A continuación, junto a María José Martínez “Pepa”, (ambos subidos a sus “Tacones Rojos”, que dan nombre a su grupo musical), regalaron a los asistentes sus canciones, cuerda y voz en estado puro, que sonaron de movidas a conmovedoras, incluyendo el tema “Frota mi nariz”, dedicado en su totalidad a Arañazos. Después, el sensual baile exótico de Susana Archer hipnotizó al público. Sin duda, un giro de guion de lo más interesante. Y de repente, el ambiente se tornó de sensual a cardíaco con la espectacular actuación de Loop-A & Kroke, dos jóvenes promesas de rap que, sin lugar a duda, sorprenderán a más de uno de aquí en adelante. Y a partir de aquí, se sirvieron los platos fuertes con sabor a rock del bueno. The Ruinas Band y Boomker, por muchos en Puertollano conocidos, hicieron de las suyas y levantaron al público poniendo el broche de oro a una noche única.
Además, acudieron al evento la asociación animalista Arganimal y Ni un niño sin lápiz, encargada de recoger material escolar para los niños más necesitados; asociaciones que no dudaron en arrimar el hombro para hacer del evento una fiesta redonda.
Y poco más queda por decir de una noche sin precedentes que ni la lluvia supo estropear. Que el mundo necesita a más chicas arañazos. Gracias a María Jesús, Noelia, Anais, Leyre y Ana por contagiarnos a todo de vuestro generoso amor por los gatos, nuestros grandes protagonistas.
¡Larga Vida al Wild Cat!
